
Gran Canaria tiene una cualidad que la convierte en un valor seguro, y es que siempre está en temporada. Cuando en la Península ya miran al termómetro con el abrigo puesto, la isla mantiene sus 24 grados centígrados de media anual, un clima amable que permite disfrutar del exterior incluso en pleno invierno. Y ese clima, unido a una oferta turística amplia, diversa y cada vez más especializada, convierte al destino en una propuesta sólida tanto para escapadas como para unas completas vacaciones.
Una bonita panorámica de la isla desde el pueblo de Tejeda. Fuente: Turismo de Gran Canaria.
Gran Canaria reúne grandes ventajas. Es un destino cercano, bien conectado, con identidad propia y capaz de ofrecer gastronomía del más alto nivel, posibilidades para practicar turismo activo durante todo el año y servicios MICE que responden a las nuevas exigencias del viajero y de la empresa. Una isla que combina la profesionalidad de un destino consolidado con la frescura de un territorio que sigue reinventándose cada día.
Un territorio diverso donde el clima lo permite todo
Pocas islas concentran tanta variedad en tan poco espacio: volcanes, dunas, bosques de pino canario, barrancos fértiles, playas urbanas y calas remotas. Esta diversidad, reconocida internacionalmente gracias a su condición de Reserva de la Biosfera y a la declaración de Patrimonio Mundial por Risco Caído y las Montañas Sagradas, refuerza el carácter único de un territorio donde naturaleza y cultura conviven de forma excepcional.
Gran Canaria tiene el reconocimiento de Reserva de la Biosfera. Fuente: Turismo de Gran Canaria.
En otoño e invierno, uno de los mejores momentos para el turismo activo en la isla redonda, los senderos del interior se vuelven más frescos y los vientos alisios suavizan la experiencia para quienes buscan caminar, pedalear o correr entre cumbres y miradores. En la costa, el mar mantiene temperaturas que permiten nadar, hacer surf, practicar paddle o simplemente pasear por la orilla sin prisas.
Gran Canaria es una isla que invita a estar fuera, a sentir la luz y a vivir a otro ritmo. Tanto el visitante que llega por primera vez como quien repite encuentra siempre algo nuevo: otro paisaje, otra ruta, otro sabor.
Un territorio diseñado para vivirlo al aire libre
La isla se ha consolidado como uno de los destinos más completos de España para el turismo activo. Su geografía volcánica crea un escenario único para senderistas, ciclistas y amantes del deporte al aire libre.
Gran Canaria cuenta con más de 1.000 km de senderos señalizados, muchos de ellos antiguos Caminos Reales que cruzan barrancos y montañas. El entorno del Roque Nublo, el Pinar de Tamadaba, los senderos que conectan Tejeda y Artenara o las rutas que descienden hacia el norte rural ofrecen experiencias profundas, vinculadas a la naturaleza y a las historias de la isla
Para ciclistas, la isla es un reto y una recompensa. Carreteras de montaña, pistas forestales y tramos exigentes la han convertido en el campo de entrenamiento invernal de profesionales europeos. Y en la costa, los alisios hacen de lugares como Pozo Izquierdo o Vargas referencias mundiales del windsurf.
También hay espacio para quienes buscan la calma. Como poder rendirse al placer de realizar paddle surf al amanecer, snorkel entre fondos volcánicos o simples paseos por playas que en invierno mantienen un tono veraniego. Esto permite diseñar itinerarios muy flexibles, aptos para familias, parejas activas o viajeros que alternan deporte con descanso.
Una gastronomía que refleja el territorio
La cocina grancanaria vive un momento especial. El vínculo entre territorio, productores y cocineros ha creado una escena gastronómica que refuerza la identidad de la isla y aporta valor al destino.
El producto local es la raíz, con sus quesos artesanos, frutas tropicales, verduras de las medianías, mieles, café del Valle de Agaete -el único de Europa- y vinos nacidos en suelos volcánicos. Todo ello configura una despensa singular, que los chefs reinterpretan con creatividad, tanto en restaurantes de autor como en las propuestas más tradicionales.
El producto local es esencial en la oferta culinaria de la isla. Fuente: Turismo de Gran Canaria.
Gran Canaria ofrece un escenario culinario único que reúne gastronomía, producto local e innovación en propuestas gastronómicas que muestran la esencia de la isla. El visitante puede disfrutar de mercados con sabor local, como los de Vegueta, San Mateo o Gáldar, de su Ruta del Vino, la única fuera del territorio peninsular, que atraviesa bodegas familiares, y de experiencias gastronómicas en entornos rurales y una cocina contemporánea que dialoga con los paisajes de la isla.
Este impulso gastronómico ha incrementado el atractivo del destino, ampliando el perfil del viajero que llega a Gran Canaria y elevando la calidad de la experiencia
Una isla eficiente y moderna para el turismo MICE
Gran Canaria es también un destino competitivo para reuniones, incentivos y eventos corporativos. Su oferta combina infraestructura moderna, conectividad, profesionales especializados y un clima que permite trabajar al ritmo de las nuevas tendencias del MICE.
La isla cuenta con tres grandes centros de convenciones y congresos en puntos estratégicos, así como una planta hotelera renovada y preparada para albergar grupos de diferentes tamaños y todo tipo de eventos, siempre con la excelencia como base para crear grandes eventos sin importar su tamaño. Muchos hoteles incorporan salas polivalentes, terrazas frente al mar y espacios exteriores que permiten desarrollar dinámicas diferenciales, muy valoradas por el sector.
A ello se suma un entorno seguro, servicios profesionales experimentados, una oferta complementaria variada y actividades de team building que pueden realizarse en cualquier época del año, desde navegación costera hasta rutas por espacios naturales protegidos.
La sostenibilidad, además, forma parte de la estrategia del destino, un aspecto que también ha hecho suyo el sector MICE de la isla que, en su conjunto, es Destino Biosphere Certified, un sello que alinea su oferta con la demanda creciente de eventos cada vez más responsables
Tradiciones, cultura y un invierno lleno de vida
La isla no solo aporta clima y naturaleza, también suma cultura, tradición y un calendario de actividades culturales que en otoño e invierno está más vivo que nunca. Los meses finales del año están marcados por mercados, ferias, música al aire libre, rutas interpretadas y celebraciones que conectan al visitante con la esencia local.
Es una época para vivir las calles de las ciudades y pueblos con encanto de Gran Canaria. Paseos por la playa de Las Canteras, atardeceres en Las Dunas de Maspalomas, visitas a enclaves históricos como Vegueta, rutas enogastronómicas por el interior o escapadas a pueblos con toda la raíz canaria como Teror, Firgas, Tejeda o Agaete. Cada uno aporta un ritmo diferente, un paisaje distinto, una forma particular de entender la vida en esta isla enclavada en medio del Atlántico.
Gran Canaria, un destino que siempre está en su mejor momento
Gran Canaria tiene la capacidad de sorprender, incluso a quienes ya la conocen. El visitante que vuelve descubre nuevas rutas, otras playas, sabores distintos o experiencias conectadas con la naturaleza que no existían hace unos años.
Gran Canaria es uno de los destinos más completos de España para el turismo activo.Fuente: Turismo de Gran Canaria.
Para quienes viajan por primera vez, la isla es un descubrimiento. Para los que regresan, una forma de seguir explorándola.
Y bajo el sol templado del otoño y del invierno, con el océano como horizonte, la isla recuerda que viajar no es solo llegar a un lugar, es sentir cómo ese lugar te cambia el ritmo. En Gran Canaria, además, se entra directamente en el modo “Mucho por vivir” que la describe a la perfección.
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